Muchas veces mis Padres me habían contado que antes de la Guerra Civil, el cielo se había puesto de color rojo, augurando el baño de sangre que se iba a producir.
Una aurora boreal roja. | NASA / Tobias Billings
Yo pensaba, cómo era posible que se hubiera visto ese color rojo en el cielo. Pensaba en la iluminación con luces de neón anaranjadas que pusieron en Torredelcampo en los años 90 y que con las noches nubladas se veía el cielo anaranjado, pero en la Guerra Civil eso no era posible. Total que no le hice demasiado caso y pensaba que eran recuerdos de la infancia sin mucho fundamento.
Indagando en el tema recientemente, he descubierto que mis Padres estaban equivocados, pero no en lo más importante, en que sí que hubo una Aurora Boreal, sino en la fecha.
Según ellos, que eran unos niños de escasos 10 años, sus padres se asustaron y corrieron rápidamente a refugiarse en sus casas.
El 25 de enero de 1938 se produjo un fenómeno que no es habitual en nuestras latitudes y fue que en España se pudo observar una aurora boreal, que además presentaba unos tonos rojizos. Eso es lo que vieron mis padres, pero no fue antes del estallido de la Guerra Civil, sino cuando se encontraba en todo su apogeo.
El fenómeno fue muy comentado en toda Europa, unos considerándolo como un fenómeno premonitorio de la Guerra Mundial que se avecinaba, en España por el derramamiento de sangre que se estaba produciendo, y en algunos sectores católicos se confirmaba como la profecía de la Virgen de Fátima que dijo a los niños a los que se apareció:
“Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.”
Los testimonios son muy numerosos. José Luis Alcofar en su libro ‘La aviación legionaria en la Guerra Española’. Según Alcofar, “en Barcelona después de un día de intenso bombardeo, la moral de la tropa se vio muy afectada por la aparición de esas luces inusitadas.” Juan José Amores Liza, en este artículo, transcribe varios testimonios recogidos en Alicante. El diario ABC del día 26 informó que en Madrid se pensó que se trataba de un incendio lejano. Como desde la ciudad la aurora se veía hacia el noroeste, se pensó que ardían los montes del Pardo. Pero pronto se dedujo, por la altura y gran extensión de la luz, que se trataba de un fenómeno meteorológico.
Página 3 del ABC de Madrid del 26 de enero de 1938
Gracias por explicarnos este gran acontecimiento q muchas personas mayores recuerdan